Abundante son las misericordias del Señor que nos permite celebrar éste último servicio de Convención.
A través de ese dolor está limpiando está purificando porque veras la gloria de Dios, pero es necesario ese dolor esa tristeza, fue la palabra expuesta por la sierva Maritza de Martínez
El dolor es necesario. Basado en Salmo 4:1
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
La palabra fluyó con toda libertad ministrando el corazón de cada mujer. Muy llenas de la presencia de Dios, esperamos por mucho más en el último servicio.