En su exposición, el pastor Arturo enfatizó que aunque podamos atravesar momentos difíciles, como días nublados y noches oscuras en  nuestra vida espiritual, la solución no es escapar o bajar los brazos, la verdadera solución es buscar a Dios con sinceridad. Nos exhortó a recordar  cómo llegamos por primera vez a la presencia del Señor, y como nos gozábamos en aquellos inicios, cuando nuestro termómetro espiritual llenaba nuestro corazón. Indicó que muchas veces pensamos que “ya no es como antes, que todo ha cambiado”,  sin embargo no siempre es el entorno lo que ha variado, sino que somos nosotros quienes quizás sin notarlo nos hemos alejado del Señor, mencionó que si alguien se encuentra atravesando un tiempo de tibieza o desanimo, hay una buena noticia: Jehová es bueno, y él tiene el poder de librarnos de todo aquello que enfría nuestra vida espirtual.

El pastor hizo un llamado a toda la juventud a avivar el fuego y una de las mejores maneras de realizarlo es que alabemos “prende el fuego del Espíritu Santo alabando” fueron sus palabras.

Aun en medio  de la dificultad, el Señor sigue siendo fiel y derrama de su fuego para que podamos seguir adelante, firmes y fortalecidos en Él.

La ministración fue un tiempo especial donde muchos corrieron al altar a rendirse ante los pies del Maestro, así de esta manera se vivió nuestro cuarto servicio.