• 11 de Setiembre, 2019

MAS DE 5OO NIÑOS ASISTIERON A LA 1RA CONFRATERNIDAD DE NIÑOS CON EL LEMA: JESÚS ES MI SUPERHEROE.

La iglesia del Movimiento Misionero Mundial de Cochabamba realizó la primera confraternidad de niños, este 30 de agosto, con una invitada especial que vino desde la ciudad de Potosí, la hermana Deysi Uriona y la hermana Beatriz Zeballos quienes estuvieron presentes celebrando este tiempo especial al cual asistieron mil niños y niñas que estuvieron entonando un canto al Señor quien abrió

Según las organizadoras de este evento, escuela bíblica infantil (E.B.I.) fue planeado solo para 500 niños, pero el numero triplico en cuanto se supo sobre el lema que se puso este año: Jesús mi superhéroe, el cual llamo la atención en las redes, “dios nos sorprendió en gran manera ya que esperábamos un número reducido de niños y niñas que para la gloria de Dios no falto nada, Dios fue supliendo las necesidades de cada niño que nos visitó”, agrego la hermana Milenka Gómez una de las organizadoras de esta actividad.

Hubo un tiempo de evangelismo para los niños y niñas que no conocieron al Señor Jesús, ni nunca antes habían entregado sus vidas al Señor.

Mientras el coro de niños se preparaba para alabar al Señor, los pequeños iban llegando al lugar, muchos de ellos vinieron desde muy lejos para presenciar esta gran bendición de compartir y escuchar la palabra de Dios. La delegación de Villa Tunari viajo tres horas y media con mucho esfuerzo y sacrificio maestros y niños dijeron presentes con sus pancartas extendidas.

Dios fue fiel hablando a cada vida por medio de las enseñanzas didácticas que se compartió, mas allá de los especiales presentados y conocer los valores con los niños; hubo un tiempo de ministración en el cual cientos de ellos fueron llamados a entregar sus vidas en la presencia del Señor. Entendieron quien es el superhéroe que pasa toda prueba y lucha, el superhéroe que nos amó y hasta entregó su vida para salvarnos, ese es el verdadero superhéroe.

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Al culminar este servicio los niños y niñas fueron ministrados por Dios y su presencia, derramando sus lágrimas delante de Dios quien fue misericordioso para hablar a los más pequeños. A él sea toda la gloria por los siglos de los siglos amen.

deja tu comentario